jueves, 2 de septiembre de 2010

[15] Trozos de papel mojado



El chico caminaba por las calles sin rumbo predeterminado, miraba al cielo en busca de… ¿de qué?, ¿de una respuesta divina. No, esas respuesta no existían, la gente no cae del cielo…Cuando Dorian bajó la mirada, se encontró con una escena que en un primer momento le reconforto, le alivió y le alegró, pero al rato, esos buenos sentimientos se transformaron en ira y frustración. Emilie se encontraba al otro lado de la calle, de la mano de Victor.
Parecía sorprendida de verle, pero Dorian no sabía ni como sentirse. Ella estaba allí, por una parte, sentía un inmenso alivio de ver a Emilie viva y saludable. Por otro lado sentía una fuerte cólera que le impedía casi respirar. El chico no sabía muy bien si correr hacia ella y reprenderle por su actitud o correr en otra dirección, lejos de donde ella pudiera ver sus lágrimas deslizarse por sus mejillas “estúpida Emilie” pensó. Pero ya era tarde para todo eso, Emilie había cruzado la calle y se encaminaba hacia Dorian con un semblante serio.
-¿Te ocurre algo?- Preguntó la chica preocupada
“Contente Dorian, no es el momento ni el lugar”se repitió para sí mismo el chico una y otra vez. Pero no puedo, su ira había alcanzado límites insospechados.
-¡¡¿QUÉ ME OCURRE?!!- Estalló el chico. Emilie salto ante la respuesta de su amigo- ¡¡¿QUIERES SABER QUE ME OCURRE?!!
- ¡Sí! Pero ese no es tono para hablarme- Contestó Emilie indignada a la vez que algo asustada, nunca había visto a Dorian así.
-He… he…es…estado..to…todo el tiempo… preocupado por ti…-Dijo Dorian tartamudeando.
-¿Por qué?- Pregunto ella más calmada pero contrariada.
-Porque… quería darte esto –Dorian sacó de su bolsillo los restos del reloj que le había comprado a Emilie y se los entregó. Emilie se quedó boquiabierta, sabía que la hora que ese reloj marcaba no era a la que correspondía con el momento en el que estaban, sabía que esa posición de las manecillas tenía un significado muy especial para ellos dos-y… tengo algo que decirte…
- Do…- intentó articular Emilie antes de ser cortada tajantemente por Dorian.
- Te amo, Emilie- y Dorian posó sus labios en los de la chica.

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